jueves, 21 de enero de 2010

La Guerra de Malvinas en 14 Cuadros 14º y Última Parte

Regreso de la Guerra



El 12 de junio es bombardeado el HSM Glamorgan, dejando un saldo de 13 ingleses muertos en la refriega. En tanto, los británicos toman Mount Longdon donde casi un centenar de soldados de ambos bandos dejaron la vida.

Tras esa cruenta batalla, el gobernador militar argentino de las Islas Malvinas firmó la rendición ante el comandante de las fuerzas británicas.

Esto significó profundos cambios en la vida política de ambos países, pero lo esencial fue volver a casa. Se hablará de gesta heroica, de sacrificios, de mártires, héroes y vencidos. Pero este último cuadro nos conmueve hasta las lágrimas, donde vemos al soldado herido abrazarse a su madre.

No son menores los detalles de la oscuridad de su piel, no solo curtida por el escenario agreste de los sucesos; sino por su ascendencia criolla. Sus rasgos personales, tal como los de su madre son indígenas, no europeos. La herida en su mano es menor considerando la que queda en el alma de contendientes, familiares y protagonistas de los sucesos. Paco Galey nos dejado así un mensaje de sensibilidad eterna ante el horror de la guerra.

Comienza su cuadro enmarcándolo en un óvalo, un huevo para ser más exacto. Tiene en mente la idea del nido que no debió haber dejado tan tempranamente. No hay nada fuera del óvalo, aparte de su firma. Todo ocurre dentro del huevo, donde el soldado herido se confunde en un abrazo con su madre.

La sonrisa de su madre con ojos tristes, sufridos, es el foco central de la obra. Inmediatamente a ella, la mano, agrandada para darle su debido protagonismo, se presenta en el siguiente plano, coronada con una venda ensangrentada. Paco Galey no pinta sangre, aún en los cuadros más jugados sobre injusticias sociales. Incluso en las lidias de toros, es muy escasa la que registra en sus telas con la que se derrama en la realidad, en su mente rechaza mostrarla. La vio en los horrores de la guerra civil, en su patria y es renuente a registrarla en sus telas.

Con este cuadro llegamos al final del recorrido por 14 obras con las que Paco Galey quiso plasmar en nuestras mentes, realidades de la guerra que poco se compadece de los que la sufren. Pasaron soldados, armas, equipos, aviones, acorazados, obispos, jugadores de futbol, madres, soles y lunas . . . pero lo que importa son las vidas. Lo que le pasa a la gente, cuando se está en un campo de batalla, cuando se tiene a alguien querido en una guerra, cuando su acción siega vidas o las salva.

La síntesis de la obra es conocer la intimidad de la guerra, sin los artilugios de la información propagandista o el delirio de quienes encuentran honor y gloria en los campos de batalla. La guerra es el fracaso de ambos bandos, sin ninguna premiación para las partes contendientes. Que esta obra sea reconocida como un aporte más de Paco Galey, que soñó y pintó un mundo mejor para todos.

2 comentarios:

  1. Silvia Fabiana Neyra28 de febrero de 2010, 11:58

    Es maravilloso lo que trasmite: dolor el intento de proteccion que muchos sentimos sobre nuestros seres amados humildad impotencia .Muestra el alma de los que nos quedamos aquí con nuestros amores en peligro

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  2. Gracias Silvia por tu comentario.

    Podés asociarte gratuitamente a esta página convirtiéndote seguidora de este blog hecho a la memoria de mi padre.

    Con cariño, Alejandro

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