lunes, 4 de enero de 2010

La Guerra de Malvinas en 14 Cuadros 8º Parte



La Misa y los Cristos


El 19 de mayo de 1982, el Papa Juan Pablo II, de visita en Buenos Aires, celebró una misa por la Paz, la cual tuvo una extraordinaria convocatoria.

De todos los retratos que Paco Galey pintó retratando al Papa, este adquiere un refinamiento en el gesto y una frescura que hemos olvidado del Pontífice al verlo envejecer y fallecer en 2002. Característico en muchas de sus obras, este artista superpone el personaje principal, con el evento culminante: la misa multitudinaria sobre la Av. Del Libertador, el Cristo pregonado y un soldado muerto con los brazos abiertos en representación de todos los cristos que dejaron su vida en la Guerra de Malvinas.
Más adelante, en este mismo Blog haremos una retrospectiva de los cuadros que Paco Galey dedicó a Juan Pablo II, Teresa de Calcuta y otros personajes de la Cultura y de la Ciencia, que ha juicio del artista, merecieron inmortalizarse en sus pinturas. El pintor madrileño era extraordinariamente sensible ante personas destadas por su abnegación y sacrificio, seguía con atención las vidas de entrega a su oficio de premios nóbeles, de artistas consumados en distintas disciplinas e incluso dedicó una estatuilla a la orangután que rescató a un niño que accidentalmente había caido en el foso de los monos.
En el cuadro "La Misa y los Cristos", la capa carmesí de un Juan Pablo rejuvenecido y de rostro diáfano es el elemento vinculante entre el ojo del espectador y la obra. Su túnica envuelve al Obispo y nos comunica con su rostro primero y su mano alzada en señal de amistoso y pacífico saludo.
La expresión del rostro trabaja la imagen de preocupación por el conflicto armado y vidas segadas, como también la sensación de Fe, Confianza de que hay salida, superación del conflicto. Usualmente no recordamos prédicas ni discursos, pero sí rostros y actitudes de quienes los comunican. Este gesto precioso en la tela es de una fuerte contundencia y nos moviliza positivamente a trabajar por la Paz.
La mano, también tan trabajada por Galey, como aquella mano del ahogado en el cuadro "Hundimiento del Belgrano" nos señala al Cristo de la Cruz, el siguiente elemento en la ruta que nuestro ojo realiza, peregrinando por los distintos y ricos elementos que esta obra encierra.
El Cristo en las sombras, relegado al posterior plano contrasta con la luminosidad que emana el Pontífice y el precioso atrio que se ha levantado en la Av. del Libertador, en plena Capital de Buenos Aires. La simbología es simple y clara: Jesucristo ha muerto para que haya Paz entre los hombres. Mientras el Pontífice pregona el mensaje de Cristo, Jesús desde su cruz señala con su brazo herido a la siguiente escena:
En el ángulo superior derecho vemos el estallido y fuego de una de tantas escaramuzas en el paisaje austral. Bajo la mano de Jesucristo se ve a un soldado muerto con sus brazos abiertos en cruz, en plena identificación de sacrificio de vida, aunque por muy distinta y pobre causa. Cristo es el Dador de la Vida, mientras las acciones de los hombres conducen a la muerte.
Estadistas, Religiosos y demás Gente no pudieron evitar el conflicto armado, pero el Cristo que dio su vida voluntariamente, acoja en su seno a los caidos en la lucha.
El ultimo elemento es la multitud acompañando con su rezo las admoniciones, oraciones y bendiciones dadas por el Papa. Se ve el atrio amarillo, con las autoridades religiosas dentro del mismo. La multitud rezando abajo y, un elemento más, para la ubicacióñ geográfica del evento retratado, que es el Monumento de Los Españoles, al pie del cual se realizó el sacrificio de la Misa. Con muy pocos pero precisos trazos, Paco Galey nos permite reconocer un grupo escultórico tan caro a sus afectos y tan apropiado de añadir a esta su obra: "La Misa y los Cristos"

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