El 14 de mayo de 1982 regresan a Buenos Aires los 189 argentinos capturados en las Georgias.
En ese día, además, un ataque británico nocturno en las Islas, dejó un saldo de 11 aeronaves argentinas destruidas en tierra.
Paco Galey plasma los rostros de los derrotados soldados en un hipotético campo con alambres de púas y la sombra de un soldado inglés que vigila a la distancia. En su imaginería toma distintos elementos de la situación y los confluye en una imagen de derrota, donde hasta la monocordia del color acompaña la dolorosa situación planteada. El grueso alambre de púa pica en los rostros de los soldados y nos pica a nosotros, estando de este lado del cuadro.
Paco Galey plasma los rostros de los derrotados soldados en un hipotético campo con alambres de púas y la sombra de un soldado inglés que vigila a la distancia. En su imaginería toma distintos elementos de la situación y los confluye en una imagen de derrota, donde hasta la monocordia del color acompaña la dolorosa situación planteada. El grueso alambre de púa pica en los rostros de los soldados y nos pica a nosotros, estando de este lado del cuadro.
Paco Galey alcanzó reconocimiento en su España natal como excelente retratista al ganar el concurso para una revista literaria que desafiaba a dibujar "cabezas" de personajes célebres.
El lo ganó presentando el retrato de Clark Gable, actor muy conocido por la recién filmada en ese entonces: "Lo que el Viento se Llevó". Inmediatamente a ese galardón, consiguió trabajo como retratista de toreros de una importante revista de Lidia de Toros e ilustraba los sucesos más dramáticos de la contienda, incluyendo la cornada que costara la vida tras varios días de agonía a Manolete, ídolo de las corridas por aquellas épocas.
Hábil en captar una expresión característica, supo retratar como pocos, las emociones intensas del alma de las personas cuyo rostro eternizó en sus telas. Personajes famosos como Juan Pablo II, Teresa de Calcuta, Walt Disney, García Lorca, Lola Flores, Lady Di fueron delineadas por su pincel y en cada caso sus semblantes denotaron su emoción más emblemática. Incluso muchos próceres argentinos fueron pintados por Paco Galey a pedido de diversas escuelas e instituciones para quienes colaboraba gratuitamente, haciendo gala de su talento tanto en el dibujo como en la interpretación del sentimiento del personaje en cuestión.
Remitiéndonos a la obra "Derrotados", estos rostros son inventados, no pertenecen al alguien en particular, pero son argentinos derrotados, argentinos de uniforme pero desarmados, y esa derrota se multiplica en los miles que siguieron los acontecimientos por los medios que tenían a su disposición. La empatía se adueña de cada uno de nosotros, los observadores del cuadro y la congoja y rabia se agita en nuestro interior, pues la tela no busca retratar objetos en concreto ni paisajes, sino llevarnos al plano de las emociones, en una paleta, no ya de colores, pero si de matices emocionales de las cuales todos somos hechos partícipes al adentrarnos en la observación de esta pintura.
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