El Ataque al Destructor Sheffield
El 4 de mayo, aviones navales argentinos Super Etendard, equipados con misiles Exocet, atacaron al destructor inglés Sheffield, hundiéndolo, dejando como saldo 20 tripulantes muertos. Paco Galey captó en ese momento de su obra, la magnitud del estallido y del fuego, la fuerza del impacto se vislumbra en la senda marcada del misil.
El 4 de mayo, aviones navales argentinos Super Etendard, equipados con misiles Exocet, atacaron al destructor inglés Sheffield, hundiéndolo, dejando como saldo 20 tripulantes muertos. Paco Galey captó en ese momento de su obra, la magnitud del estallido y del fuego, la fuerza del impacto se vislumbra en la senda marcada del misil.
El estallido es el gran protagonista en este cuadro y es de tal fuerza la imagen que permite oir el ruido de la metralla y los gritos de las víctimas en la cabeza del espectador. Al cuadro ya no lo divide en dos una línea del horizonte sino todo el largo de la nave siniestrada. En la mitad superior, la onda expansiva lo abarca todo y ahí se funden las tonalidades cálidas del fuego con los grises matizados del humo, las cenizas y los pertrechos que vuelan destruidos por el aire.
En la parte inferior, el vuelo rasante del misil divide las aguas y hace una curva mortal que pega de lleno en el casco que, aunque se dibuje intacto, es tan solo por décimas de segundo. Cerrando nuestros ojos, el buque se parte y hunde. La imagen es tan viva, como una película que sigue rodando en nuestra imaginación. Paco Galey, trabaja los movimientos del agua, del misil, de la onda expansiva, los pertrechos volados. Nada está quieto en la obra y es probable que cuando quitemos la vista del cuadro, no lo recordemos como se pintó, sino como sucumbió la embarcación en la continuación de la imagen dinámica que se plasmó aquí, en nuestra mente.
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